EL BUEN PERIODISTA

Los invito a leer las huellas que voy dejando en este inhóspito camino hacia el buen uso del lenguaje.

lunes, 7 de febrero de 2011

SÍ CÓMO NO, LAS MARIPOSAS




CRÓNICA: ¿Cómo se enamoraron mis papás?



Para contar esta historia recurrí necesariamente a dos fuentes: mi papá y mi mamá. Cuando les hice la temida pregunta de cómo se enamoraron (pues llevan separados ya casi diez años) recibí diferentes respuestas. Fue allí cuando comprendí el carácter dual que tendría esta crónica, pues mis padres no parecen tener una misma visión de sus pasados.

“Papito, claro que te acuerdas. Si mi mamá ya me contó lo de las mariposas” le dije.

“A… lo de las mariposas” dijo risueño.

A continuación me recitó con lujo de detalle el momento en el que conoció a Luz María Jaramillo Ayerbe, la mujer que sería su esposa y la madre de sus dos hijas. Su relato tenía un tono poético y amable que infortunadamente yo nunca heredé, a pesar de que me habría gustado. “Era un domingo a eso de las diez de la mañana, yo estaba en la finquita en mi levantadora cuando oí llegar un carro. Me asomé por las ventanas y vi a mi primo y buen amigo, Jorge Eduardo Gonzales. Tan pronto como él se bajó del carro para saludarme, vi que la puerta trasera se abrió y que una monita de unos dos o tres años se bajo estruendosamente del automóvil. Esta es una visita decente, (pensé preocupado por mi vestimenta) pero me repuse rápidamente y me dispuse a abrirles la puerta de mi casa. La primera en entrar fue la pequeña niña rubia que venía con sus zapatitos en las manos. Luego, entró mi primo que me contó que venía de pasada por que se dirigía a su finca de Viterbo Caldas. Vi entrar entonces a una mujer joven, de unos veinte años, rubia delgada y hermosa. Esa debe ser la mamá de la niña pensé. A continuación, la niña se acercó a la pared de los cuadros de las mariposas para observarlas con mucha atención y curiosidad; su madre la tomó en sus brazos y le mostró los cuadros más altos. Yo me acerqué y les conté como todas esas mariposas habían sido cogidas en mi finca, menos dos, de la especie Morfus. Después, salimos a los jardines, me gustó todo de ella.”

¿Qué te gustó? Le pregunté

“Ella en conjuntó, sus ojos azules, su forma de proceder. A las pocas semanas llamé a mi primo para pedirle el teléfono de la mujer que mostró tanto interés por las mariposas.”

“mira te cuento mi amor”

Me dijo mi mamá respondiendo a la misma pregunta. Su tono era quejoso y más bien rápido, como quien debe contar una historia y salir del problema lo antes posible.

“yo iba con Adelaida, que estaba chiquita, a un paseo a la finca de Jorge Eduardo Gonzales. En el camino nos dijo que tenía que pasar por la finca San Jorge, de su primo Gabriel Germán Londoño, a decirle una cosa. Cuando entramos a la finca me pareció la más linda que jamás había visto. De pronto, salió un señor viejito en levantadora; eso me pareció muy particular pero me pareció más particular aún cuando empezó a recitarnos poemas mientras recorríamos los jardines. Al rato nos fuimos de la finca, cuando un día, recibo la siguiente llamada: “Hola Luz María, Soy Gabriel Germán Londoño y te quería invitar a comer para que hablemos de las mariposas” Yo me quedé aterrada por que a duras penas me acordaba de haber visto las mariposas, pero le dije que sí. Yo estaba ennoviada con Mauricio Arango y el estaba muy enamorado de mi, y cuando le conté de mi comida me dijo indignado: “¿mariposas? Por favor monita, no seas tan ingenua” y me montó una discusión que a mí me pareció un atrevimiento. Terminé con él y me fui a comer con tu papá. Y te imaginarás, eso ya hace 28 años.”

Ambas versiones de la historia me causaron mucha gracia, pues resumen lo que son cada uno de mis padres: Mi papá, un contador de cuentos capaz de transformar cualquier suceso en un idilio, y mi mamá, una intelectual enamorada tanto de su rabia, como de su ex marido. Desde entonces hablan todos los días de sus vidas aun estando separados y viviendo en ciudades distintas. Hablan de política, de medio ambiente, de poesía, de literatura, y ocasionalmente, de las mariposas.

2 comentarios:

  1. Qué bonita entrada....yo de tus papás conservo muy bonitos recuerdos....y de ti y de Dede y de la finca y de tu casa... ¡ni hablar!

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  2. ¡Qué bonito Matilde! Linda manera de rematar el post.

    Me dio mucha risa la versión de tu mamá... como desentendida de haberle gustado a un viejito en bata... jajajaja

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